viernes, 21 de diciembre de 2007

Las Guardias de la Noche

BRAN

Andaban a buen paso pisando la mullida nieve, que ocultaba traicioneras raíces, tentáculos fosilizados prestos a atrapar algún pie desprevenido. A su alrededor los árboles centinela y los arcianos crecían fuertes, vigorosos y más libres de lo que Bran había visto en su vida. Él estaba sentado en el enorme alce, cuyo lomo estaba cubierto de pieles gruesas y espesas. A su derecha caminaban erguidos y orgullosos los Reed, y a su izquierda el enorme Hodor y Verano continuaban a buen paso. Más adelante, aquel al que llamaban Manosfrías abría la marcha, permitiendo que ocasionales cuervos descansaran en su espalda antes de volver a salir volando. De repente Manosfrías se detuvo, alzó su brazo, y el alce y la comitiva se quedaron donde estaban. La cabeza oculta de Manosfrías se torcía hacia un lado como escuchando las vibraciones en el éter. Asintió, y siguió caminando. Tal vez supiera cosas que los hombres normales no tenían derecho a saber, pensó Bran. Un momento después la voz de Manosfrías rompió el silencio macabro del Bosque Encantado:
-Brandon Stark, tú, que en tus venas corre la sangre de los primeros hombres, la justicia del hielo te ha criado como a un hijo; tú que tienes ascendencia de las tierras de la nieve perpetua, llevas el nombre del que construyó el Muro, mas posees trazas de ándalos y rhoydans del sur en tus cabellos de fuego veraniego. Tú, Brandon Stark, heredero del Sur y el Norte, del Verano y el Invierno, del Fuego y el Hielo. Aquel que se ha sentado ante el sept de los Siete y ante el árbol corazón de los antiguos dioses. Brandon Stark, necesito un favor de ti.
Temeroso de aquel ser oscuro, sin duda practicante de hechicería, que los conducía a la presencia del Cuervo de Tres Ojos, o que incluso quizás fuera el mismísimo Cuervo, tan sólo asintió. Era absurdo, pues Manosfrías estaba de espaldas a él y no podía escucharle, pero los poderes de aquel ser eran desconocidos, y al parecer sí notó el gesto afirmativo:
-Brandon Stark de Invernalia, si eres tan amable, sácame un par de guantes de la alforja, que está empezando a hacer rasca y se me están quedando las manos heladas…

JON

Jon Nieve estaba sentado en la cámara del Lord Comandante de la Guardia de la Noche, puesto que por elección popular él ocupaba. Su rostro estaba tenso, en alerta, y sus hombros cargados. Soportaba el peso de su propia conciencia, viendo una y otra vez el cuerpo de Ygritte ante él, con la flecha en su corazón. Sintió una vez más que el que había sido herido en el corazón era él, y ahora tan solo era un muerto reanimado, como si los Otros hubieran usado su magia. Su conciencia traicionera le susurraba al oído una y otra vez “No sabes nada Jon Nieve”. Era el Lord Comandante, y no sabía nada, y ese era otro peso más para sus hombros juveniles, el peso de su ignorancia, de su inexperiencia, que podía llevar a sus hermanos negros y a todo Poniente a una muerte lenta y fría, o a un destino aún peor. Vestía la ropa negra de los hermanos negros, la capa caída sobre uno de sus hombros, cubriendo la mitad de su cuerpo. Había dejado que el cabello cubriera las cicatrices de su rostro. Descansaban sus manos sobre el pomo de garra, habiendo cortado los dedos de sus guantes para tener más flexibilidad. El que llevase las uñas pintadas de negro era ya algo más difícil de explicar.
La responsabilidad de defender el Norte de los invasores de más allá del Muro le consumía ¿acaso podría él con un puñado de hombres defender el mundo que había conocido de algo que había hecho huir a los gigantes y los bárbaros? Si al menos tuviera más hombres.
Tng, vibró el aire imperceptiblemente.
Jon Nieve pensaba, acariciando distraídamente la cabeza de Fantasma, que se apoyaba contra su rodilla. “Si tuviera más hombres, hombres más experimentados en enfrentarse con el extraño.”
Tng, volvió a vibrar.
“Y la experiencia de algún Lord Comandante, que pudiera aconsejarme en esta hora tan oscura.”
Tng, tng, vibró.
El cabello blanco de fantasma se erizó por completo. El huargo se tensó, comenzando a olisquear de aquí para allá, notando algo. Jon sintió su nerviosismo, a la par que notaba cosas que no debería notar. Un sonido inquietante atravesaba la sala, una voz que parecía provenir de una distancia insondable. Por un momento, Jon pensó que su conciencia seguía torturándole, pero las palabras eran de lo más extrañas.
-Oh, dioses, oh dioses, yo no he tocado nada, esto se ha puesto en marcha solo… Mejor será que me vaya… Y tú no digas nada.
-Oook.
Confuso y extrañado por la manifestación de la que estaba siendo testigo, sin saber qué hechicería la causaba, desenvainó su espada y comenzó a imitar a Fantasma. El aire se llenó paulatinamente con un aroma a latón, y un escalofrío aceitoso recorrió la estancia.
Los muros son lugares frontera, lugares de separación, pero también de tránsito. El Muro de Hielo había sido construido con magia de los Hijos del Bosque, con la fe y la determinación de los hombres que seguían a Brandon el Constructor. Su mismo tamaño ya provocaba reverencial respeto, al igual que su naturaleza helada. Si una masa enorme podía distender el espacio-tiempo provocando la gravedad, la cantidad de magia y masa del Muro era capaz de torcer hacia sí la frágil línea de las realidades.
Tng, tng, tng, tng… TNG.
La realidad se colapsó contra sí misma, el aire hizo un sonido de succión, y de repente un grupo de hombres armados apareció ante Jon Nieve. El que parecía más anciano se encontraba armado con una navaja de afeitar. Y la usaba para afeitarse. Abrió los ojos, miró hacia Jon Nieve con confusión, luego miró hacia atrás, hacia los otros hombres armados, y de nuevo hacia Jon, que buscó la valentía oculta en su corazón, y se adelantó:
-Vosotros, ¿quiénes sois? Hablad, criaturas, yo, Jon Nieve, Lord Comandante de la Guardia de la Noche, os lo ordeno.
El de la navaja de afeitar se acercó pacientemente a Jon. Era un hombre maduro de rostro sagaz y bigote espeso. Miró al muchacho con cierta socarronería y bastante inteligencia, y dijo:
-Qué casualidad, yo también soy Comandante de una Guardia Nocturna. Mi nombre es Vimes, Sam Vimes, encantado.

ARYA (by Condesadedia)

Mientras tanto en Ankh-Morpork:El Doctor Cruces subió al estrado del Salón de Actos del Gremio de Asesinos.
-Damas y Caballeros -dijo- Hoy es un día histórico para nuestro gremio. Por primera vez desde su fundación, un alumno ha conseguido la máxima calificación en el examen final. Con mención especial por haber utilizado la técnica de Inhumación con Extrema Saña - Se enjugó una lágrima con su pañuelo de seda-. Echaremos de menos al Profesor Mericet. En fin, el inhumado al hoyo y el vivo al bollo. Señorita Stark, si es tan amable de subir para recoger su diploma...
-Gracias, señor -dijo Arya tras recoger su diploma-. Y también me gustaría agradecer este diploma a todas las personas que me hay ayudado a conseguirlo: Ser Gregor, Dunsen, Polliver,Chiswyck, Raff el Dulce, Cosquillas, el Perro, Ser Amory, Ser Ilyn, Ser Meryn, el reyJoffrey, la reina Cersei y los Frey del Cruce. Muchas gracias a todos.


En honor a Terry Pratchett, que lucha contra el Alzheimer. ¿Algún genio en química cerebral en la sala? ¿No? Venga, no sean tímidos...

martes, 7 de agosto de 2007

Harry Potter va a la Universidad Invisible 1

Harry Potter descendió de la diligencia donde había viajado todo el camino con Hermione y Ron. Estaba en una plaza atestada de gente, donde el olor era tan penetrante que en seguida su nariz se taponó vencida. Bajó los baúles de la parte de atrás, y fue a pagar al conductor.
-Son diez dólares por cabeza. -dijo el conductor.
-¿Diez dólares? -dijo Harry. -Nosotros no tenemos dinero muggle.
-Mugre o no mugre, el dinero es dinero, niñato. A ver qué tienes.
Harry mostró un par de galeones.
-Eso bastará. Lo mismo para tus amigos. Y.. eh... una de esas plateadas por cabeza.
-¿Por qué?
-Las tarifas del Gremio. Están quisquillosos con el asunto. Ay, todavía recuerdo los viejos tiempos, en los que asaltaban la diligencia y asesinaban a sus ocupantes. Accidentalmente, cuidado, y sin cobrar por ello. -se apresuró a añadir.
Harry volvió incrédulo, tras pagar por los tres. Sus baúles estaban ya en el sucio suelo, donde era más notable que en cualquier otra parte que en aquella ciudad no había alcantarillado. Excepto, quizás, en algún callejón. Hedwig uuló nerviosa desde su jaula.
-Tranquila. -dijo Harry. -Hermione ¿seguro que es aquí?
-Sí, Harry. Esta es la mejor Universidad mágica que existe.
-Estamos lejos de Inglaterra. -murmuró Ron.
-Pues claro que estamos lejos de Inglaterra, cariño. -respondió Hermione. -De hecho estamos en otra Realidad.
Ron nunca había sacado buenas notas en Física Mágica Multiversal, una asignatura optativa de séptimo a la que se habían apuntado los tres. Mejor dicho, a la que les había apuntado Hermione. -Cielo, -dijo Hermione posando su mano en el hombro de Ron. -será mejor que me dejes hablar a mí.
-Como quieras.
Mientras tanto, Harry volvía hacia el grupo, con algo entre las manos.
-¿Qué es eso? -preguntó Ron.
-Parece un hot-dog muggle. -respondió Hermione.
-El vendedor lo llamó "panecillo". Dice que son riquísimos, y que ayudan a crecer.
Por el aspecto, posiblemente fueran riquísimos en enfermedades infecciosas. Y ayudaría a crecer hongos, setas e incluso bonsais allí plantados. De hecho, una tenue capa blancuzca recorría su superficie.
-Mejor que lo tires, Harry.
-Ni pensarlo. Me costó dos galeones. Parece ser que son una... ¿cómo dijo? "Demostración De La Comida Local En Nouveaux Cousine". Además, el pobre iba a la ruina...
-Será mejor que entremos. -sugirió el pelirrojo.
Avanzaron hasta las enormes puertas de la Universidad. Habían sido diseñadas por alguien que tenía en la cabeza cosas como Enorme, Gigantesco, Impresionante, Atemorizante e incluso, en algunas de las tallas más pequeñas, Obsceno. Demasiadas cosas en la cabeza como para tener una tontería como "Aldaba". O ni si quiera "Cerradura". Hermione, enérgica, llamó con la mano. Sonaron unos pasos arrastrados, y la puerta se abrió. Miraron. Luego miraron abajo. Una figura barbuda, con mono de trabajo verde y sombrero de paja, les observaba desde sus escasos 140 cm de altura.
-Hola, -saludó Hermione. -¿es esta la Universidad Invisible?
-Sí, señorita. ¿Son estudiantes?
-Mmm, queremos serlo.
-Normalmente no aceptan a estudiantes tan crecidos. -respondió el enano. -Hola, mi nombre es Modo. Soy el jardinero. También abro la puerta si no hay nadie pendiente.
-Encantada, Modo.
-Encantado. -imitaron Ron y Harry.
-Pasad, -dijo Modo. -intentaré hablar con alguien del cuerpo docente.
-¿El decano? ¿El prefecto mayor?
-No, seguramente estén en otra dimensión discutiendo por qué los Ancianos De Los Espacios Exteriores hacen "Plaf" al matar científicos curiosos, y no "Spuagg". O estarán en la Sala No-Común. Mejor busquemos a alguien que sé dónde estará: el tesorero.
Harry Potter y sus amigos arrastraron los baúles tras Modo, a través del jardín pentacentenario, hasta llegar al edificio principal de la UI: una estructura que parecía como si cientos de torres, contrafuertes, almenas y muros se hubieran apiñado entre sí para darse calor. Pero en lugar de entrar en la puerta principal, rodearon el edificio hasta vislumbrar el impresionante, redondeado y vibrante Edificio de Altas Energías. Y al lado, entre montones de abono quasi-vivos, la caseta de Modo. Allí estaba apoyado el tesorero, boca abajo.
-¡Pobre hombre! -dijo Hermione. -¿Cómo es que está así? ¿Algún conjuro?
-No, señorita, es uno de los estados que suele tener. Lo llamamos etapa rígida. Ahora lo uso como pala.
-¡Eso es terrible!
-No se crea: la tierra no es tan escrupulosa. ¡Tesorero!
El tesorero manifestó un tic en el ojo.
-Ah, eso significa que pronto saldrá del estado. ¡Tesorero! ¡Estudiantes!
-¡¡ARRGGG!! -dijo el tesorero.
-Mmm, dos exclamaciones, no está demasiado mal. Háblenle, háblenle.
-Disculpe señor, -dijo tímido Harry. -queremos ser estudiantes de magia.
-¡Números! -susurró Modo. -¡Hable de números!
Hermione tomó la palabra:
-Queremos incluirnos como alumnos de primer año. Eso significará que tiene usted que calcular los gastos de manutención, dormitorio, limpieza, y el honorario de los profesores. Además, debe organizar la situación de las habitaciones, los horarios de comidas. Debe facilitarnos los programas de estudios...
-Es buena. -dijo el enano.
-Sí que lo es. -babeó Ron.
Finalmente, el tesorero, en el fiel mundo de la economía, despertó. Y se dirigió con paso tembloroso a su despacho, balbucenado "organizar", "calcular", "interés variable", y otras palabras de jerga administrativa.
-Perfecto. -dijo el enano. -Si mientras quieren asistir a alguna clase, pueden acercarse al edificio de Magia de Altas Energías. Allí está el Catedrático de Escritos Invisibles, Ponder Stibbons. Es el que tiene una túnica llena de bolsillos y gafas de pasta negras.
-Muchas gracias. Es usted muy amable. -dijo Harry. Andaron por el cuidado sendero de piedras, y llamaron silenciosamente a la puerta. Sonaron extraños gritos tras ella:
-¡Machaca a ese Sucker!
-¡Maldita sea, se te acaba el combustible!
-¡No te preocupes, ahí hay rations!
Abrieron con cuidado la puerta, y se encontraron con que el edificio era una sola sala, enorme, dominada en el centro por una columna de chiporroteante metal, porcelana, madera y otros objetos. En una esquina había un nutrido grupo de estudiantes, pero Harry, Ron y sobretodo Hermione observaban la columna central, que parecía un giroscopio construido por alguien que nunca había visto el mar. Allí, chispas de magia pura giraban y se contorneaban, en tonos azules, verdes, naranjas y octarinos.
-¿Qué es eso? -preguntó en voz alta Hermione.
-Es el acelerador de thaumos, señorita. -dijo una educada voz a sus espaldas. -¿Quiénes son ustedes?
Hermione se volvió, y se encontró de cara con el miembro más joven del cuadro docente de la Universidad. Ponder Stibbons apenas tenía cuarenta y pocos años. La naturaleza no le había concedido barba, nariz prominente, cejas espesas o calvicie prematura. Bueno, quizás lo último sí un poco, pero para algo llevan los magos sombreros picudos.
-Buenas tardes. Queremos ser estudiantes de esta institución. Venimos de Hogwarts, en una dimensión paralela, y ya está tramitándose nuestra inclusión.
-¿La de los tres? -preguntó de repente Ponder.
-Sí, ¿por qué?
-Bueno, porque desdmmmmm mmmningunammmm mmmm mmmaquí.
-¿Qué?
Ponder Stibbons había conocido a Yaya Ceravieja, bruja de Lancre, y esperaba no volverse a encontrar con unos ojos como aquellos. Hermione, por supuesto, no era rival para Yaya en mirar, pero podía haberle hecho sudar un rato. Tragó saliva.
-Que desde principios del Siglo del Murciélago Fruguívoro ninguna mujer ha estudiado en esta Universidad.
-¿Y SE PUEDE SABER QUIÉN ES EL RESPONSABLE DE ELLO?
Mientras, Harry y Ron se habían acercado a los estudiantes, que no les prestaron atención. En lugar de ello, estaban centrados en una pantalla, donde chispas octarinas delataban su magia. La pantalla era una parte más de un enorme artefacto que parecía haber sido fabricado de forma muy sencilla al principio, pero luego fue complicándose porque el aparato notó que necesitaba más potencia, y él mismo se hubiera añadido anexos. Realmente, así es cómo pasó. HEX, la máquina pensante de la Universidad Invisible, era en el principio un sistema de computar cálculos sencillos dependiendo de si una fila de hormigas pasaba o no por sus tubitos. Actualmente era capaz de realizar hechizos complejos, crear universos en miniatura (sólo tras una reacción de fusión taumatúrgica) y, más habitualmente, crear videojuegos.
-¡Mata a ese conejo mutante! -gritaba uno de los estudiantes, cuyo rostro se escondía entre una mata espesa de pelo, dejando sólo su nariz para espiar el paisaje.
-¡Cuidado, cuidado, cuidado! ¡Que de ahí sale el Monstruo Geniculado!
-En las rodillas, hay que darle en las rodillas.
-¡¡Ya está!! ¡¡¡Debes meter la "Llave con forma de vaca humorística" en el "Artilugio que ni los programadores saben para qué sirve"!!!
-¡Espera! ¡Estás bajo de maná!
-RON WEASLEY, HARRY POTTER, VENID AQUÍ. -gritó Hermione.
Ambos se volvieron a mirar a su amiga, que estaba con los brazos cruzados y el rostro congestionado por la ira.
-¿Dónde vamos? -preguntó Ron.
-A ver al Archicanciller de esta institución. Quiero hablar en persona con el señor Mustrum Ridcully.

Mustrum Ridcully era el Archicanciller, esto es, el puesto más elevado, de la Universidad Invisible. Eso debería convertirle en el mago más poderoso del Disco, pero se sería así si Mundodisco fuera un lugar ordenado y lógico. Mustrum Ridcully, alias el Marrón, fue elegido durante una asamblea de las Ocho Órdenes mágicas, que tras desafortunados accidentes multidimensionales en los que habían perecido los anteriores quince Archicancilleres (excepto dos de ellos, que murieron a causa de Escorpión Bajo La Almohada y Gota De Grasa Estratégicamente Situada), habían decidido que la mejor idea es tener un Archicanciller tranquilo. Así que pensaron en alguno de aquellos magos de los bosques, pacíficos y amigos de los animales. Ridcully era un mago de los bosques, bélico y amigo de tener animales disecados como trofeos de caza. Desde entonces, nadie ha conseguido matarlo, y ya nadie lo intenta, porque todo el mundo se volvió muy alérgico a los dardos de su ballesta. Hermione estaba plantada delante de Ridcully, así que él tenía que mirarla a través del frondoso bigote.
-... MACHISTA RETRÓGRADA Y ARCAICA QUE ... -decía.
Mustrum estaba bastante tranquilo, sin embargo, aún no había pasado el suficiente tiempo como para que la información llegara a su cerebro. Finalmente, habló:
-El último caso de maga que se conoce fue la señorita Eskarina Herrero, y tras la experiencia, realmente me veo obligado a negarle la solicitud.
-¡Usted lo ha querido! -gritó Hermione, mientras sacaba su varita.
Ron y Harry miraron a su amiga con temor: nunca la habían visto tan alterada. Pero Ridcully miró la varita con curiosidad. Luego exclamó:
-Vaya, no sabía yo que usted fuera Hada Madrina. Entonces le habría tratado con más respeto. Discúlpeme.
-¡¡¡EXPILLIARMIUS!!!
El hechizo salió rojo de furia de su varita, y se encontró con la primera de las ochocientas ochenta y ocho capas de conjuros que protegían habitualmente a Ridcully (cuando estaba descansando). Al rebotar, impactó en Harry y le hizo saltar hacia fuera del despacho, chocando con una figura vestida con una túnica roja.
-¡Más cuidado! -dijo la figura.
-Discúlpeme.
Harry se levantó del hombre, que más bien parecía un roedor gigante, con una barba un tanto rala y un sombrero donde se leía con dificultades "Echicero".
-Perdone, señor.
-¿Sí? ¿No ves que estoy ocupado? ¡Tengo que organizar todos los libros del departamento de Geografía Cruel Y En Desuso!
-Es que, hechicero se escribe con "h".
-Me alegro que sepa usted escribir. Y ahora, si me disculpa...
Hermione estaba con la boca abierta, tanto por haber hecho lo que acababa de hacer, como por el poco efecto que había tenido.
-Señorita, por favor, no insulte mi inteligencia con conjuros tan sencillos. Veo que usted ya ha recibido clases de magia antes, pero era magia menor. Será mejor que aprenda conjuros mejores si quiere sobrevivir. Así que está bien, le acepto en la Universidad, pero por el amor de Ío, no vuelva a lanzar un hechizo contra uno de los profesores.
-Lo sientos señor. -dijo Hermione roja de vergüenza.
-Podría sentarles mal, y la última vez tardamos dos semanas en devolver a aquel estudiante a su forma original. Y todavía estornuda pepitas de sandía.

Hermione, Harry y Ron fueron acompañados amablemente por la señora Panadizo hacia sus habitaciones. La señora Panadizo iba delante, abriendo camino (camino suficiente como para construir una autopista, diría alguien con poco sentido común estando tan cerca la señora Panadizo). A su paso, los estudiantes se apretaban contra la pared, para volver a cerrar filas, habitualmente encima de Ron. A duras penas llegaron a los dormitorios de los estudiantes. Allí, una de las habitaciones de la Universidad permanecía vacía. Sólo un par de camas un tanto maltrechas, un armario y un póster medio arrancado donde se podía leer "La Banda Con Roc..." permanecían tras la huida del anterior propietario. Harry supo de inmediato que los bajos de la cama serían cementerios de chicles.
-Este será el cuarto de los chicos. Ven, preciosa, vamos a ver tu cuarto.
Con una alegre sonrisa, la señora Panadizo desanduvo todo el camino, y bajó al lugar de la UI donde ningún mago con sentido común se acercaría, a pesar de poder enfrentarse a demonios, seres de los planos exteriores y a la misma Muerte (alrededor de una vez al mes, durante el rito de CuesthiEnte, para ver si él tenía alguna idea de por qué estaba el Disco al borde de su detrucción oootra vez). Era la zona de servicio.
-Dormirás en la habitación de la pequeña Esk. ¿Cómo te llamas?
-Hermione Granger, señora.
-Bien, Hermione. Te levantarás a las 6 de la mañana. Mañana te pasaré los turnos de limpieza. Espero que sepas cocinar, porque Ío sabe que necesitamos más cocineras aquí abajo.
-Señora, creo que se confunde.
-¿Perdón?
-Yo soy estudiante.
La risa de la señora Panadizo rebotó en los góticos bajorrelieves y en los barrocos arcos, hasta que se detuvo inmediatamente.
-Ese es el conjuro de silencio. Ahora, guíeme a mi habitación, y le devolveré la voz.
La señora Panadizo miró ofendida a Hermione. En su mirada se leía claramente "Informaré de esto a las autoridades competentes". Pero Hermione se encongió de hombros. Había visto a las "autoridades competentes": uno siendo usado como pala, otro sin saber muy bién en qué mundo estaban, unos cuantos deslizándose tras sus barrigas en la sala no-común e incluso había lanzado un hechizo contra uno de ellos. Menudo cuadro el personal docente de aquella universidad, pensaba Hermione, sólo falta un simio...

Una vez instalados en las habitaciones, Hermione se dirigió a la Biblioteca, que era en sí un edificio anexo a la universidad. Se accedía a ella a través de unas pesadas puertas, diseñadas para resistir cualquier intento de escapar de la Biblioteca. Su interior estaba cubierto por una enorme cúpula de cristal, que permitía a la lenta y pesada luz del Mundodisco iluminar la sala. Hermione atravesó el pasillo entre dos estanterías llenas de antiguos grimorios, encadenados o sujetos con grilletes y cadenas a las estanterías, no para que la gente no se los llevara, sino más bien para todo lo contrario. El susurro de miles de páginas vibrando y de los conjuros susurrándose unos a otros misterios insondables del Amanecer de la magia y noticias sobre la última moda en marcadores de página, llenaban el aire, acompañados por el chisporreteo de la magia pura que saltaba de los pesados volúmenes a los pararrayos estratégicamente situados en las estanterías. Hermione alcanzó el posible centro de la Biblioteca, donde se encontraba la mesa el Bibliotecario. Y entonces notó que una mano de tacto de cuero se aferraba a la suya.

Mientras tanto, Harry y Ron salieron a visitar la ciudad.
-Mira, ese es el amable señor que me vendió el panecillo.
-¿Al final te lo comiste? Harry se quedó pensativo.
-No, creo que lo dejé en el jardín.
Quizás el que en aquellos momentos Modo estuviera intentando matar con su pala un arbusto con forma vagamente porcina que emergía de lo que podría haber sido un panecillo no tuviera que ver con el descuido de Harry, sino que fuera una simple casualidad.
-¡Panecillos! ¡Compren sus panecillos! ¡Tan sólo 2 dólares de Ankh! ¡Y voy a la ruina oigan! ¡Compren ratas en un palillo! ¡Con ketchup! ¡Como hechas en la mina! ¡Compren granito rosa! ¡Especialidad del día, oigan! ¡Granito rosa, cómprenlo mientras permanezca volcánico!–decía el vendedor ambulante, mientras ambos pasaban a su lado.

lunes, 16 de julio de 2007

La Tortuga - Chaquira

Con la música de La Tortura de Shakira y letra basada en la obra de Terry Pratchett (especialmente Dioses Menores)

BRUTHA
Vaya suerte mía, guárdate la epifanía
Guárdate la herejía pa´ti

OM
No dije que el disco le diera vueltas al sol
Ni hablé del ayuno los viernes, qué aguafiestas
Tampoco recuerdo aquello de la exquisición
Yo creo que estaban pedos
Esos profetas.

Yo soy Om, ¿estás escuchando?

BRUTHA
No estoy escuchando

OM
Porque resulta, mira por donde
Que el gran Dios Om
es una tortuga,terrestre

BRUTHA
Yo sé qué dicen los santos
sobre el pecado y el dolor

OM
Tómatelo con calma, hombre
Y pásame ese melón.

BRUTHA
Cada error se reprende
Y tú no eres más que una ilusión

OM
Será mejor que pases de eso
Anda come un poco de queso
Con algo de salmón

Yo antes era un grande del mundo inmortal
Podía hacer que en los olmos creciesen peras
Ahora de pronto dependo de un simple mortal
Que risa se echaban los dioses si al final se enteran

BRUTHA
Que marrón me ha caído, me ha caído
Que no creo más en tus ofensas

OM
Yo soy Om

BRUTHA
Eres una tortuga

OM
Terrestre

BRUTHA
Yo sé qué dicen los santos
sobre el pecado y el dolor

OM
Tómatelo con calma, hombre
Y pásame ese melón.

BRUTHA
Cada error se reprende
Y tú no eres más que una ilusión

OM
Será mejor que pases de eso
Anda come un poco de queso
Con algo de salmón

OM
Que me bajes, que me bajes
Oye águila mira, que me bajes
Volver a intentar matarme fue un error
Déjame en el calvo que me viene mejor
Oye y recuerda, no lo intentes más
Porque si no te los voy a arrancar
Ya veo cómo estás de arrepentido
Anda vuélvete volando a tu nido

BRUTHA
Ya no sé qué dicen los santos
Y me persigue la quisición

OM
Tampoco es tan grave, hombre
Bastante peor lo tengo yo.

BRUTHA
Estoy ya harto de que te quejes
Aunque seas el dios Om

OM
Aaaaay… Aaaaaat… Aaaaay…. Ay ay
Estos dos humanos son para mí
No pienso ahora volverme
Dios Menor de nuevo aquí

Siempre rogando atención
Yo voy a volver a ser… por ti.

viernes, 13 de julio de 2007

Fotografía de Arte Contemporáneo Urbano




Título: Somos La Basura En El Jardín del Mundo ó La Horchata y el Arte






Pequeña obra acerca de nuestro lugar en este bello planeta del gran universo y nuestra labor destructiva de todo lo hermoso, además de crítica social por no haber papeleras suficientes en la Calle Larios para poder tirar los vasos de horchata cuando te los terminas.


_______________________________

Título: La Basura Atrae Más Basura ó El Helado y la Horchata Se Sientan Bajo Un Árbol, Se Están Besando.







Segunda parte de la serie, que muestra cómo lo que hagamos será heredado por nuestros hijos, que a su vez también producirán basura en el Edén que era nuestra Tierra, amén de la misma crítica que el anterior trabajo, solo que con sabor a Strachiatella y After Eight.

¿Qué supervillano serías?

Your results:
You are Magneto






Tras el test, los resultados quedan claros, el Supervillano que me corresponde es el cabeza de lata de Magneto:

























Magneto
72%
Mystique
72%
Apocalypse
65%
Dr. Doom
63%
Riddler
60%
Poison Ivy
59%
Mr. Freeze
56%
The Joker
53%
Dark Phoenix
48%
Lex Luthor
43%
Juggernaut
40%
Venom
36%
Green Goblin
36%
Two-Face
36%
Catwoman
34%
Kingpin
19%

Y aquí los otros con los que podría tener alguna concordancia. Mmm, ¿Mística? O_O

You fear the persecution of those that are different or underprivileged so much that you are willing to fight and hurt others for your cause.


Click here to take the Supervillain Personality Quiz




Excelente...

miércoles, 11 de julio de 2007

La Leyenda de la Bruja Ninfómana

AVISO: Esta no es una entrada acerca de porno, ni si quiera cine erótico.

Hace no tanto tiempo, durante una absurda partida al 1,2,3, responda otra vez (absurda por ser durante una clase de Cirugía 2, por realizarse en un papelajo a medio rellenar y sobre todo porque la premisa era: Películas Vistas En Tu Niñez Excepto Películas De Dibujos Animados De Disney, el resto de dibujos animados y las películas de acción real de la Disney sí valían), decidí añadir una que me marcó de pequeño, si bien no sabía cómo llamarla. Dada la única frase que recordaba íntegra de la película, esta pasó a llamarse "La Película de la Bruja Ninfómana", y como tal pasó a convertirse en una muestra más de mi degenerativa locura y mi inminente perversión para mis descojonados amigos.
Entiéndame, acepto mi locura, me encanta mi locura, pero una de sus características es la ausencia de alucinaciones. Lo cual también se puede extrapolar a mi perversión: cuando tengo fantasías eróticas las tengo siendo consciente de que lo son (si no pierden su gracia). Yo no me había inventado la película, ni si quiera era un sueño erótico.
La frase en cuestión era: "¡¡Pero si [Fulanito] me dijo que eras Ninfómana!!" Lo curioso es que yo no tenía muy claro el significado de esa palabra cuando la vi, durante mi Época Inocente.

Ahora, tras innumerables experimentos, he descubierto que, en contra de lo que afirman ciertos profesionales de la salud mental, no estoy TAN loco. La película existe (aunque no se llama La Bruja Ninfómana, casilógicamente, sino "Elvira, Dueña de las Tinieblas); y de hecho su protagonista es una personalidad conocida e incluso imitada en el mundo dark americano.

La película es una comedia donde la actriz, que suele utilizar dicho personaje (salido de un cómic) se parodia o actúa de sí misma. Como presentadora de un programa de películas de terror, Elvira tiene un sueño brillante, lleno de luces de neón, y de nombre Las Vegas. Pero la falta de dinero le impide alcanzarlo. Cuando su programa cambia de director la cosa parece ir de mal en peor, pues el nuevo director pretende propasarse con ella (es aquí donde aparece la famosa frase: "¡¡Pero si [Fulanito] me dijo que eras Ninfómana!!"). Todo parece ir de culo, cuesta abajo y sin frenos, hasta que hereda una casa en un pequeño pueblecito puritano de esos que según las películas adornan EEUU, como espolvoreados en la absurda geografía norteamericana. Si bien esa casa podría ser la solución a todos sus males, el hecho de que esté encantada, con libro de hechizos incluido, y un tío lejano quiera reclamar esos poderes (los cuales, descubre Elvira, ella puede usar como verdadera bruja) nos ofrecen una trama de algún tipo.
Comentaré mejor la película cuando pueda reverla, y mejor en Amargo Café.

Además de eso, la actriz ha aparecido en numerosas ocasiones, muchísimas como Elvira, en programas de televisión. Hizo una segunda película con Elvira como protagonista (Elvira´s Haunted Hills), que lamentablemente no ha sido traducida al español, y tiene una página web oficial con clubs de fans y esas cosas, que no está de más ver (yo me pido el coche de Elvira):

http://www.elvira.com/

En breve podré acercarme a los descreídos de mis amigos y decirles: "Ja,ja,ja (importante una risa diabólica en estas situaciones), La Bruja Ninfómana Sí Existe."
No es un gran grito de guerra, pero sí una victoria personal.

Y ya, sin más que decir sobre la Bruja Ninfómana, me despido. Saludos.

 
Legión del Espacio
La Legión del Espacio